Entre robles

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(Versión habla de El Rebollar)

Tiempo Antiguos

Algunas veces, cuando vamos a Ciudad Rodrigo desde el pueblo, da la casualidad de que hay alguna exposición en los museos de la ciudad, ya sea en el Palacio de los Águila o en la Casa de la Cultura. Digo estos dos porque son los que cambian las exposiciones. El Museo del Orinal y el Museo Catedralicio las tienen más fijas. Y esta vez sabía que en la Casa de la Cultura había una exposición de fotografías de Ciudad Rodrigo, de un concurso convocado por el Ayuntamiento, además de otra muestra de dibujos hechos por los niños de allí.

         Quizás ya lo he dicho, y seguramente voy a decirlo muchas más veces. Pero, mirando las fotos de Ciudad Rodrigo, como el que da un paseo sin moverse del sitio, uno vuelve a darse cuenta de lo rica, riquísima que es nuestra historia. Y es que, sin salir de Ciudad Rodrigo, uno puede moverse por siglos y siglos de una historia a veces conocida, otras veces como escondida entre las mismas piedras que miramos y nos miran.

         Así, podemos pasear por la Augustóbriga de la época romana mirando las tres columnas o el puente romano, ciudad que hicieron aprovechando la Miróbriga del pueblo celta de los Vetones, que dejaron de recuerdo en Ciudad Rodrigo un verraco.

     


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    Después de visigodos y musulmanes (de los que hay más restos en la comarca, hasta en los nombres, como el Pozo de los Moros de Villasrubias) vino lo que se ha llamado Reconquista. Fueron los Reyes de León Alfonso VI, Fernando II y Alfonso IX los que pusieron los cimientos para la Ciudad Rodrigo que conocemos hoy día. Alfonso VI repobló y dio fueron a Ciudad Rodrigo y de uno de sus hombres, el conde Rodrigo González Girón, viene el nombre de la ciudad. Fernando II volvió a repoblar Ciudad Rodrigo y, además de darle el título de “civitas” (ciudad), mandó construir las murallas, reconstruyó el puente romano, volvió a darle fueron y creó la diócesis, mandando hacer la catedral que hoy día mira desde lo más alto a toda la comarca. No es de extrañar que Fernando II tenga un monumento en “su Ciudad Rodrigo”, pues gran parte de la gloria pasada y actual son gracias a él...

         Alfonso IX de León fue el rey que fundó la Universidad de Salamanca (el año 1218) y fue el primer rey en convocar Cortes, en las que estuvo representada Ciudad Rodrigo, como ciudad que siempre ha sido parte del Reino de León. Éstas fueron las primeras Cortes que se convocaron en el mundo. Fueron también las primeras en las que estuvo representado el pueblo mediante representantes de cada ciudad. Y fueron, además, en las que se redactó la Carta Magna Leonesa, que es el primer documento de la historia de la Humanidad en el que vienen muchos de los derechos fundamentales que hoy día tenemos como normales pero que, para el siglo XII, fueron una revolución: se defiende a la gente contra los abusos de poder, sin tener en cuenta el sexo ni la clase social, se garantiza el secreto del correo y la inviolabilidad del domicilio, se permite mandar peticiones al Rey a través de los representantes, y se prohíbe al Rey hacer la guerra sin el consentimiento de las Cortes,... Ciudad Rodrigo estuvo allí. Era el año 1188.

         No podemos olvidar las épocas que siguieron, que nos dejaron cosas como el Castillo de Enrique II, del siglo XIV, o todos los palacios de los señores de la ciudad. Y la Guerra de la Independencia, quizá la parte de la historia de Ciudad Rodrigo más estudiada, y de la que se puede ver una exposición en el Palacio de los Águila, que desde aquí animo a ir a ver.

 


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        Quería terminar volviendo hacia atrás. Todavía más hacia atrás. En la Casa de la Cultura se puede ver la que, quizá, es la cosa que más historia tiene: el Ídolo de Lerilla. Y es que, antes de los Vetones y antes de los romanos vivía en la comarca de Ciudad Rodrigo un pueblo que quizá nunca sepamos cómo se llamaba porque no dejó nada escrito, pero que vivió aquí, trabajó esta tierra. Igual que los Vetones nos dejaron los verracos (el de Ciudad Rodrigo, el de Lumbrales, la Yegua de Irueña, el desaparecido verraco de Peñaparda,...) este pueblo más antiguo nos dejó el Ídolo de Ciudad Rodrigo (hoy en el Museo Arqueológico Nacional), el Ídolo de Lerilla o el Ídolo de Robleda, grandes piedras que, a modo de lápidas, parecen estar hechas para recordar a grandes jefes o guerreros de los tiempos de la Edad de Bronce, entre los años 1.800 y 700 antes de Cristo.

         Nuestra historia es muy rica. Merece la pena conocerla. Es una manera de honrar a todos aquellos que vivieron aquí antes que nosotros. No dejemos que pase sin más, no la dejemos perder.