Nacen en la comarca de Ciudad Rodrigo los primeros terneros cruzados entre angus y morucha, considerados el "pata negra" del vacuno

|

Dos terneros angus-morucha maman en la explotación de La Bouza


LA BOUZA / CARLOS GARCÍA

Una ganadería de la comarca de Ciudad Rodrigo ha logrado que nazcan en régimen extensivo los primeros terneros cuya raza es un cruce entre angus y morucha, para obtener mayor rendimiento cárnico cuantitativo y cualitativo, ya que consideran que este cruce puede convertirse en "el pata negra" del vacuno.

La idea nació en una explotación de La Bouza, cuyos responsables son Raúl García y su padre, José Manuel, ambos naturales de La Alameda de Gardón, que adquirieron dos sementales puros de Angus-Aberdeen para cruzarlos con hembras de razas morucha y sayaguesa, un tipo de vaca muy rústica.

La raza angus tiene un rendimiento cárnico muy alto en los cebaderos y no da problemas en los partos, ya que los terneros nacen con pocos kilos, mientras que la morucha es una vaca muy bien adaptada a la dehesa, cuya carne tiene mucho sabor pero su rendimiento es bajo.

Con este cruce se va a lograr que los terneros tengan un rendimiento alto de producción cárnica y que su calidad sea "máxima", ya que el precio de un filete de lomo de raza angus supera los treinta euros en cualquier carnicería.

La carne de angus se caracteriza por tener la grasa infiltrada en el magro, lo que potencia mucho su sabor.

Si a esta raza se le introduce la genética de la morucha, una variedad autóctona de zonas como Salamanca o Ávila y cuyas carnes son bastante rosadas, se puede obtener un tipo de producción que para algunos ganaderos será la más preciada en el mercado.

Si se extrapola este concepto al sector del porcino, la carne que provenga del cruce de angus con morucha equivaldría al jamón ibérico de bellota de más calidad, asegura José Manuel García.

La idea surgió hace ahora dos años, cuando decidieron encargar un estudio de cruce genético a un grupo veterinario de Ciudad Rodrigo que, tras varios meses de investigación, certificó que la idea supondría un buen rendimiento cárnico tanto cuantitativo como cualitativo.

En los últimos meses han nacido los primeros terneros de padre angus y madre morucha e, incluso, hay algunos cuyo cruce se ha realizado con sayaguesa. El objetivo de esta explotación es el de producir terneros con un cruce siempre al 50% entre las dos razas.

Los ganaderos han explicado que los partos, en plena dehesa, han ido muy bien, ya que los terneros nacen con pocos kilos y, por tanto, las vacas pueden parir solas en pleno campo.

Sin embargo, una vez que nacen, los terneros con genética angus engordan a mayor ritmo que otros cuyos crucen puedan ser de charolés o limusín.

Estos terneros que acaban de nacer pastarán en el campo hasta que tengan medio año y, a partir de ahí, con unos 200 kilos, irán al cebadero, donde serán engordados hasta que alcancen los 550 kilos de media para ser sacrificados.

A priori, una de las ventajas para el ganadero es que el precio de la raza angus es entre 50 céntimos y un euro por kilo más elevado que la media, debido a su calidad y sabor.

En el caso de la carne para hamburguesas, ya hay cadenas de supermercados, según explican los responsables de la explotación, que están apostando por carne de angus, ya que, aunque sea de ternera, da mucho sabor y es más saludable que el cerdo, algo que está muy valorado por el consumidor actual.

El único inconveniente al que se tienen que enfrentar los criadores en régimen extensivo es que los terneros de angus y morucha no tendrán cuernos, por lo que pueden ser atacados más fácilmente por la fauna salvaje.