Los grabados rupestres de Siega Verde, Patrimonio de la Humanidad, sumergidos por la crecida del río Águeda

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SERRANILLO / CARLOS GARCÍA

Los grabados paleolíticos de Siega Verde, Patrimonio de la Humanidad y con 20.000 años de antigüedad, se han quedado sumergidos en los últimos días a causa de la crecida del río Águeda, a su paso por la comarca de Ciudad Rodrigo.

Desde esta semana, de los catorce paneles que son visitables, "sólo se ve uno, el de mayor altura, ya que todos los demás han quedado sumergidos en el agua", explica Efe Ketty Ratero, responsable de esta zona arqueológica, que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad hace seis años y que gestiona la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo (ADECOCIR).

Los arqueólogos reconocen que este tipo de crecidas no favorecen a la conservación de los grabados, "no sólo por el efecto del agua, sino, sobre todo, por los arrastres y la cantidad de cantos rodados que chocan contra los grabados", asegura Ratero.

Los responsables de Siega Verde ironizan sobre la dimensión mediática que alcanzaría si otro bien Patrimonio de la Humanidad como, por ejemplo, las Cuevas de Altamira, quedaran sepultadas por el agua, y, sin embargo, en Siega Verde "la gente está un poco acostumbrada".

En abril de 2014 la crecida del río Águeda fue aún mayor y todos los paneles visitables quedaron inundados.

Ese año, la riada no originó desperfectos en las pizarras de los grabados, según los técnicos del yacimiento.

La Presa de Irueña, ¿la solución?

Ante las posibles soluciones para evitar este tipo de situaciones, desde la estación arqueológica insisten en que el cauce del río es el que es y que ya están acostumbrados a este tipo de situaciones.

La única esperanza que tenían para acabar con las crecidas en la zona de los grabados era la regulación del caudal mediante la presa de Irueña.

Se trata de un dique construido aguas arriba en el río Águeda que, desde que comenzó a funcionar como regulador del caudal hace dos años, tampoco ha servido para evitar la erosión en los grabados.

Los gestores de los grabados rupestres consideran que desde la presa de Irueña, a la hora de regular el caudal, deberían de tener en cuenta estos grabados, que son Patrimonio de la Humanidad.

En los próximos días, cuando baje el nivel del río, los arqueólogos expertos en conservación volverán a la zona inundada y analizarán uno por uno los paneles que ahora están sumergidos para saber si ha habido alguna incidencia.

De momento, "no hay ningún panel que esté especialmente afectado por la erosión y que se lo pudiera llevar el agua", asegura Ketty Ratero, aunque está claro que con el paso de los siglos el efecto de la erosión del agua los ha ido deteriorando.

En Siega Verde, hay un total de 646 grabados rupestres, repartidos en 91 panales a lo largo de un kilómetro y a orillas del río Águeda, donde están representados animales como perros, lobos, ciervos, caballos o vacas.

A pesar de que hoy sólo se puede contemplar un panel, "la gente sigue reservando entradas y hoy habrá visitas guiadas", explica Ketty Ratero, que asegura que Siega Verde ha incrementado mucho sus visitas desde que hace seis años se convirtiera en Patrimonio Mundial.