Vacunar los pinos con insecticida, solución contra la procesionaria, tan dañina para las personas y animales domésticos

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REPORTAJES / REDACCIÓN

En muchos pueblos de la comarca de Ciudad Rodrigo, sobre todo de El Rebollar y La Sierra de Francia, donde en las últimas décadas hubo masivas repoblaciones de pinos, la oruga conocida como procesionaria, instalada en los pinos durante el invierno, supone un serio problema de salud, ya que puede provocar serias afecciones en los seres humanos e, incluso, en los animales domésticos. Además de producir daños en el propio árbol.

Una empresa de Córdoba, Fertinyect, cree haber encontrado la solución, que no es otra que una especie de vacuna en el pino.

La dosis se inyecta en el tronco del pino que tiene durante el invierno alojado en su copa esta oruga (se puede ver fácilmente ya que forma una especie de tela blanca). El producto llega hasta las hojas que comen las orugas y éstas resultan envenenadas por el insecticida, por lo que se pone fin a la plaga.

El problema, las urticarias que genera

La oruga procesionaria libera en sus pelos una sustancia tóxica denominada "thaumatopina", que produce numerosas alergias y urticarias en las personas y animales, a veces en forma de erupciones graves, que pueden acarrear hasta pérdidas de visión.

Bajan con la llegada de los primeros calores

En muchos puntos de la comarca de Ciudad Rodrigo e, incluso, en los parques infantiles, la procesionaria ya se puede contemplar, debido al calor que hubo entre finales de enero y principios de febrero. Sin embargo, durante el otoño y el invierno la oruga se refugia en la copa del árbol.