La mala educación

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El pasado 30 de noviembre, se celebró como es costumbre la lonja del ibérico en Ciudad Rodrigo, con motivo de la Feria de San Andrés.

Un año más, el salón de Plenos del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo cobijó esta lonja, a la que acudió el Presidente de la Diputación de Salamanca y exalcalde de Ciudad Rodrigo, Javier Iglesias. Pues en las palabras que dirigió a los presentes no tuvo ni un saluda a los responsables municipales que estaban sentados con él en la mesa, el alcalde Juan Tomás Muñoz y los concejales Azahara Martín Y Carlos Fernández Chanca. Entiendo que fue un olvido, sin mala intención. Tampoco utilizó la más elemental norma de cortesía de agradecer al que le ha cedido el espacio, es decir, tampoco dio las gracias al Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo por ceder esta dependencia, entiendo que también fue sin mala intención.

Pero no tuvo empacho en utilizar el salón de plenos para “su mitin”, haciendo alusión a no sé cuántas cosas había hecho y que iba a hacer por Ciudad Rodrigo. Pues, querido presidente, lo primero es ser educado y dar los buenos días, una cosa la mar de sencilla, que creo no cuesta tanto.

Desde un punto de vista político, puedo entender su enfado por haber perdido el PP la alcaldía de Ciudad Rodrigo, ya que el PSOE fue capaz de concitar una mayoría suficiente en el Pleno, que no consiguió el PP, cosa que por otra parte ha hecho el PP en multitud de ocasiones en otras administraciones a lo largo de España, pero, claro, cuando les toca a ellos, no lo soportan.

Ésta es una prueba más de lo que ha dicho desde su primera intervención Juan Tomás Muñoz, respecto a la actitud del PP en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo: patrimonializarlo, creer que esta institución era suya y que sólo les pertenecía a ellos.

Hay que mantener un respeto institucional, le guste o no le guste el Equipo de Gobierno, es un ejemplo más de respeto democrático, que en la primera ocasión que ha tenido no ha sido capaz, le ha podido más su matiz político, pero quiero pensar que ha sido sin mala intención, y que no se volverá a repetirse.


Juan Luis Cepa