Prometer hasta meter

No se extrañen ustedes, si los próximos días reciben un maravilloso ramo de flores en sus casas, o un muñeco de peluche con una nota romántica extraída de alguno de los maravillosos libros de Paulo Coelho. No se extrañen ustedes, pues estamos en época de cortejo.

Algunos tratarán de conquistarles por primera vez, como ese chico nuevo, resultón, que llegaba a clase el primer día y que centraba la mirada de todas, que provocaba susurros, cuchicheos e interés. Ese chico que con una bonita sonrisa les pedía los apuntes después de hacerles un cumplido y se olvidaba de saludarles en los bares de moda cerca de la facultad.

No se extrañen ustedes, si aquel que nos conquistó hace años con bonitas palabras y grandes promesas, y por qué no decirlo, porque no había otro que les hiciese tilín, quiere volver a conquistarles. Ese que durante los últimos años se ha cansado de incumplir una por una sus bonitas palabras, sus promesas. Ese, quién ahora quiere volver.

No se extrañen ustedes, si ese que jamás les sacó a cenar, a pesar de que siempre dijo odiar la monotonía, ahora nos vuelve a embaucar con viajes románticos, con cenas en restaurantes bonitos y noches en hoteles de cinco estrellas. Ese, quién les quitó hasta las ganas de volver a enamorarse y les olvidó después de echarles cuatro polvos.

Desconfíen ustedes del chico nuevo con una bonita sonrisa, que siempre se rodea de gente guay pues solo les querrá para que le presten sus apunten y quizás, un café, una copa o una noche tonta en la que les encontró por casualidad mientras ustedes buscaban la complicidad de su mirada.

Desconfíen ustedes de esos que ya les engañaron hace años, de los que decepcionaron porque jamás tuvieron intención de hacerles felices, de quién les dejaba en casa el sábado noche, mientras él trataba de complacer otras miradas.

Desconfíen ustedes de ese que ahora dirá cualquier cosa por volver a entrar en sus casas, que hará cualquier cosa por volver a meterse en sus camas y que solo busca un lugar caliente, en el que sentirse cómodo los próximos años. Desconfíen ustedes, porque después de ese primer momento de euforia y fogosidad, les volverá a decepcionar.

Manuel Montero Rodríguez

Abogado / Alcalde de Serradilla del Arroyo

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