Concurrida y emotiva representación de El Feudal en Hinojosa de Duero

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TEXTO Y FOTOS. Luis Falcón
Hinojosa de Duero sse convirtió este sábado, 2 de agosto, en un plató ambientado en el medievo donde celebró, por primera vez, la representación del feudal de Hinojosa. Centenares de vecinos y gentes llegadas de toda la comarca y la capital se caracterizan para dar vida a una leyenda que es historia salmantina, o para asistir a un excelente montaje que finalizó con una cena medieval.
Se cuenta que en lo alto del cerro de San Pedro, en cuya falda se extiende Hinojosa de Duero, había un castillo del que hoy no queda nada más que el recuerdo. Los más ancianos aún señalan donde vieron los cimientos y acompañan el relato con leyendas de tesoros escondidos. Aún queda en pie la ermita -una joya del románico atlántico- que formó parte de la fortaleza.

En el castillo moraba un señor feudal déspota que tiranizaba con derechos humillantes para el pueblo como lo era el 'derecho de pernada', es decir, acostarse con la novia la noche de bodas. Hartos ya de los abusos del feudal, los hinojoseros, la noche de San Juan, se unieron y alzaron contra él asaltando el castillo. Al opresor, apenas le da tiempo a vestirse, y tras la lucha, logra huir a Portugal.
El pueblo de Hinojosa recreó tamaña hazaña popular con un programa lleno de atractivos que duró toda la jornada. Si por la mañana fue la recreación de la vida en un pueblo de la Edad Media, para lo que se contó con un mercado medieval con once artesanos como plateros, orfebres, telares, queseros, curtidores... que, junto a las vestimentas de todos los vecinos, fue ocasión para conocer la historia de nuestros pueblos contada por sus propios habitantes.
Ya por la tarde, centenares de personas, se calculan que alrededor de 300 caracterizados, más casi medio millar asistiendo a la representación, conviertieron las calles más antiguas del municipio en un improvisado escenario, donde se pudo vivir, disfrutar, participar quien quisiese y fuese vestido para a ocasión y ver de cerca esta primera representación feudal.
Primero fueron los caballeros con sus justas y torneos quienes, a lomos de sus caballos, recrearon esas apuestas que se hacían para disfrute de los señores. Fue el primer momento en que el pueblo ya estaba lleno de visitantes. A continuación, en la remozada plaza del Solejar, se celebró la boda de la hija del villano, los bailes y danzas medievales y el convite. Pero allí llegó el feudal con sus esbirros para exigir el derecho de pernada y raptar a la novia. Desde ese momento comenzó toda la sublevación popular.
Provistos de candiles, faroles, antorchas y teas, además de herramientas del campo, todos los vecinos subieron hacia el castillo del feudal, ubicado donde se encuentra la ermita y donde, según los datos históricos, se encontraba el castillo del feudal de Hinojosa. En una revuelta excelente, con unas imágenes preciosas del pueblo caracterizado y con sus luminarias subiendo calle arriba, se logró tomar el castillo, rescatar a la novia y hacer huir al feudal para, como era lógico, arrebatar la bandera y bailarla -por primera vez desde que se recuerda-, en el lugar donde ocurrieron los hechos.
Abel Bautista de alabardero y su hermano David Bautista de abanderado, -qué primor, fuerza, emoción y garra- el pueblo disfrutó, aplaudió, vivió una jornada para la historia del municipio, en cuanto que los vecinos vistos los resultados de esta exquisita organización, volverán en años sucesivos a recrear su más conocida historia, la del feudal de Hinojosa. La jornada, cuando la luna iluminaba la fresca noche, finalizó con una cena medieval -pagada por los propios participantes- en el patio de las escuelas y como se hacían entonces, hogaza de pan de plato, pollo y productos del cerco comidos con la mano y el vino en jarra de recuerdo.