Ciudad Rodrigo, capital del folclore castellano y leonés en la XXXV Charrada

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El músico e investigador zamorano Joaquín Díaz ha recibido hoy en Ciudad Rodrigo uno de los galardones más preciados por los folcloristas, la Encina Charra, que lo convierten, así, en profeta del folclore castellano y leonés en el día de La Charrada, que ha alcanzado hoy su trigésimo quinta edición, en Ciudad Rodrigo (Salamanca)

Se trata de una fiesta de exaltación de la música popular que ha querido homenajear a Joaquín Díaz (Zamora, 1947), afincado desde niño en Valladolid, y que, al igual que el dios Zeus, también le gustar reflexionar a la sombra de las encinas de las dehesas castellanas.

Joaquín Díaz ha recogido el premio con un discurso emotivo, sincero y emocionado en el que ha plasmado la similitud de los valores que esconden las encinas y la cultura tradicional.

La encina, ha dicho Joaquín Díaz, es un árbol generoso, paciente y fuerte y, de igual forma, la tradición mantiene todas estas virtudes, bajo la entrega, el respecto y la firmeza.

Díaz, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, ha asegurado con rotundidad que "la tradición no era esa pesada carga de la que había que despojarse para viajar más ligero hacia el futuro, sino todo lo contrario".

Asimismo, en su discurso, tras ser galardonado, instó a los amantes de la música popular a que hagan "como Zeus: Subámonos a una encina para divisar mejor el futuro, pero hagámoslo con el apoyo de unas raíces profundas y de un tronco firme como una roca".

Como cada fiesta de La Charrada, el recinto amurallado de Ciudad Rodrigo, repleto de casas palaciegas, es invadido por decenas de dulzaineros, cantantes, bailadoras charras y por numerosos tamborileros que plasman el folclore popular salmantino.

Fandangos como "La Montaraza" o "La Clara", los conocidos "Picados Serranos" o charradas como "Salamanca la Blanca" han sonado desde primera hora de hoy en la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo e, incluso, en el interior del Claustro del Palacio de los Águila, al que hoy acudieron los tamborileros.

Esta fiesta folclorista se encarga cada año de mantener la ilusión de los que apuestan por imbuirse de este tipo de música popular y ha logrado que la tradición no se pierda, ya que en la provincia salmantina 150 tamborileros adultos conviven con medio millar de adolescentes que acuden a las escuelas de música para aprender a tocar la gaita y el tamboril en sus diferentes expresiones.

El objetivo es que no se pierden ciertos valores de tamborileros como el señor Arcadio "El de Barreras", sobrenombre que recibe por ser de este pueblo de la comarca salmantina de Vitigudino y que el año pasado recibió el galardón de La Encina Charra.

El propio Arcadio "El de Barreras" señalaba hace ahora un año, al igual que lo ha dicho hoy el propio Joaquín Díaz en su discurso, que es tan feliz como ese pastor que, según la leyenda cortesana, no paraba de cantar y bailar, a pesar de que ni siquiera tenía camisa.

Tampoco han faltado a la cita algunos reductos del folclore popular charro, como las 'sarteneras' de El Payo, el grupo El Fandangu de Robleda o el de El Pandero Cuadrado de Peñaparda, que se distinguen por mantener en su música instrumentos únicos y elementos orales del conocido como dialecto de El Rebollar, al suroeste de la provincia de Salamanca.