Setas, aguardiente, aceite o resina de pino, claves para fijar población rural

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El aguardiente que se obtiene del hollejo de la uva, el aceite de olivos centenarios situados a orillas del río Águeda o la resina que se obtiene del pino negro pueden ser las claves para fijar y atraer población al medio rural.

Éstas han sido algunas de las conclusiones a las que han llegado algunos expertos de la Universidad de Salamanca, del área de Agricultura de la Junta de Castilla y León, de la Diputación de Salamanca y de la Fundación Abraza La Tierra en unas jornadas sobre "Población y promoción del territorio" celebradas hoy en Ciudad Rodrigo por Adecocir, la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo.

Los técnicos han insistido en la idea de poner en valor recursos olvidados y, en algunos casos, abandonados, como los olivares centenarios ubicados a orillas del río Águeda e, incluso, la potenciación de los bosques de almendros que hay en pueblos del oeste de Salamanca, en la frontera con Portugal, como La Bouza o Puerto Seguro.

La elaboración de licores de aguardiente a partir del orujo de la uva son otras las posibles potencialidades que "seguro que fijarían población o atraerían a emprendedores", como la explicado María de los Ángeles Hernández, técnico que trabaja para asentar población en la comarca de Ciudad Rodrigo.

La resina también es otra de las materias primas que los alcaldes salmantinos han destacado, ya que desde hace dos años se explota en pueblos de esta zona fronteriza como Robleda, El Payo o Navasfrías y está generando decenas de empleos entre la población joven.

Aún así, los responsables políticos han advertido que los nuevos pobladores que lleguen al medio rural procedentes, sobre todo, de las ciudades, tienen que saber toda la verdad, con el fin de que, a la postre, no se convierta en un fracaso.

Las jornadas se han completado con la inauguración de dos exposiciones de fotografía para poner en valor los recursos de La Raya hispanolusa que está bañada por el curso del río Águeda, donde sobresale la Estación Rupestre de Siega Verde, Patrimonio de la Humanidad.