Verano

|

                                                           DESDE LA OTRA ORILLA

Verano


Un nuevo año se han deshojados los calendarios, que no los termómetros para abrirnos a un nuevo verano. Tiempo bien significativo para esta bendita tierra nuestra.

Si decía un famoso taurino andaluz de la mitad del Siglo pasado que en Salamanca sólo había dos estaciones: “el invierno y la del tren”, no es menos cierto que en estos meses la naturaleza se hace transitable y el calor del verano, recluye en casa a la gente mucho menos que el frio del invierno.

Verano en nuestra tierra es sinónimo de días grades y cálidos de casas abiertas, patios engalanados, gentes en las calles y demás lugares de concurrencia, reencuentros generalizados una y otra vez, donde la sonrisa se hace mas fácil. Es gratificante que las prosperas tierras que nos dejaron sin personas para siempre, nos las presten aun que solo sea por unos días al año.

Hablar de verano en nuestra Ciudad es hablar de turismo continuo, una tecla que siempre es difícil de tocar. A los consabidos viandantes con el folleto en la mano en viaje a “ no saben dónde”; y a los grupos organizados bajo la ayuda de profesionales al efecto; nos encontramos con un nutrido turismo infantil y adolescente, que participa en campamentos de verano en nuestra tierra.

Esta estación del año se presta a mil actividades: festejos taurinos ,talleres, cursos, actuaciones musicales y ferias que muestran la mas variada mercancía, desde hortaliza a piezas teatrales.

Pero hablar de verano es también hablar de nostalgia: el aluvión humano es mucho más pequeño, el mes de Agosto son dos semanas, ya no son ters meses de niños por todos los lados. El verano también se ha empequeñecido en nuestra tierra.

A fin de cuentas es algo que aunque también nos duela nos ayuda a vivir de realidades