Los calçots catalanes se degustan en la Sierra de Francia de Salamanca

Un barcelonés ha celebrado hoy en la Sierra de Francia de Salamanca "la primera calçotada de la historia" en esta tierra, según él, ante la asistencia de decenas de vecinos que han degustado esta variedad de cebolla tardía, un plato típico de la región de Cataluña.

Se trata de Carles Pérez Villalba, que, junto con su mujer, Felipa Roncero, vive desde hace tres años en el pueblo de Monsagro, situado al pie de la Peña de Francia de Salamanca, una paraje ubicado en el Parque Natural de Las Batuecas.

Decenas de vecinos de este pueblo y de algunos localidades próximas han degustado hoy los tradicionales "calçots", asados como manda la tradición catalana.

Aunque no sabía si llegaría a buen puerto la iniciativa, Carles Pérez decidió hace ahora un año sembrar en su huerto de Monsagro la variedad de cebolla específica con la que lograría recolectar los calçots.

A pesar de que es un pueblo a casi mil metros de altitud, este jubilado catalán ha podido recolectar en su huerto un millar de calçots y "para que la gente pudiera conocerlos y degustarlos, nada mejor que una calçotada".

Los salmantinos han podido saborear este manjar, que está aderezado con una salsa especial a base de almendras, avellanas, ñoras, pan frito, aceite, vinagre, ajo y tomate.

El secreto para que el calçot quede en su punto no es otro que "tenerlo en la llama seis minutos y, acto seguido, se envuelven en un papel de periódico y se meten en una bolsa de plástico para que la hortaliza se cueza bien por dentro durante una hora".

Carles Pérez se siente "muy orgulloso", ya que "ha sido una jornada de intercambio cultural".

Además, este barcelonés cree que "posiblemente haya sido la primera producción agrícola de calçots en tierras de la provincia de Salamanca o, incluso, de Castilla y León".

Por su parte, el alcalde de Monsagro, Ángel Mateos, ha destacado que "ha sido una iniciativa muy bonita, ya que está bien conocer las culturas de los demás".