Entre Robles
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Se fueron dos grandes
La semana
pasada nos dejaron dos grandes de la política. El jueves 20 de marzo fallecía
Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao. El domingo 23 el que nos dejó fue Adolfo
Suárez, presidente del gobierno durante la Transición.
No quiero
alabar más de la cuenta, y menos en este tiempo de la muerte en el que siempre
vienen todas las alabanzas, y vienen sobre todo de parte de aquellos que más
daño quisieron hacerte en vida. Bien se dice eso de que “lejos tengas el tiempo
de las alabanzas”, porque cuando llegan es señal de que ya has dejado este
mundo. Pero estos dos hombres merecen, por lo menos, un recuerdo, y que sepamos
quiénes fueron y qué es lo que hicieron.
El primero,
Iñaki Azkuna, fue alcalde de Bilbao durante 15 años por el PNV (Partido
Nacionalista Vasco). Cuando ya se habían ido casi toda la industria, supo hacer
de Bilbao una ciudad viva, la cambió de tal manera que la antiguamente “fea”
Bilbao es conocida en todo el mundo como una ciudad moderna y llena de cultura
y de vida que deja encantado a todo el que la visita. Ahora es una ciudad muy
bonita. ¿Quién no ha oído hablar de la ría de Bilbao, el Guggenheim, o el
antiguo y el nuevo San Mamés, el tranvía,... O tantas y tantas cosas que han
hecho olvidar a esa Bilbao por la que casi nadie quería pasar. El amor a su
ciudad hizo que, estando ya muy enfermo, siguió haciendo cosas y saliendo a la
calle. Todo eso hizo que en el año 2013 fuese nombrado como “Mejor Alcalde del
Mundo”.
El segundo
hombre fue Adolfo Suárez. Fue, por la UCD (Unión de Centro Democrático), el
primer presidente de esta democracia moderna (no olvidemos que antes de la
Guerra Civil también hubo una democracia). Viniendo de los tiempos de la
dictadura, en todos los sitios se ha destacado que intentó cerrar las heridas
abiertas desde la Guerra. Siendo presidente (entre los años 1976 y 1981) se
legalizó el Partido Comunista (lo que ayudó a cerrar muchas heridas), creó la
España de las autonomías (con sus aciertos y fallos) y se redactó y aprobó la
Constitución que tenemos hoy día. Fue un hombre que quiso hablar con todos,
saber la opinión de todos y quiso tener en cuenta las ideas de todos. Estas
últimas cosas hicieron que tuviera muchos enemigos fuera y dentro de su
partido. Tanto tuvo que hartarle esto que ha sido el único presidente del
Gobierno que ha dimitido. Después de éso fundó otro partido, el CDS (Centro
Democrático y social), con el que también fue diputado.
Tampoco quiero
contar toda su vida. Para eso ya están las enciclopedias y de su herencia
hablarán los libros de historia. Quería que, sabiendo un poco más de estos
hombres, los políticos de nuestra tierra quieran tomar ejemplo. Que nuestros
diputados, senadores y presidentes quieran hablar con todos y conocer las
opiniones de todos, porque todos cuentan y todos tienen el mismo valor, que no
se enroquen en su mayoría absoluta, en el “ordeno y mando” y en el “como tengo
mayoría absoluta sólo vale lo que digo yo”. Que nuestros alcaldes quieran ser
los mejores alcaldes del mundo, que quieran hacer por su pueblo todo lo que
puedan y un poco más. Que luchen por ver sus pueblos llenos de vida. Que luchen
por que sus pueblos sean los más bonitos, con las mejores calles, con los
mejores servicios,... Que luchen por la cultura de sus pueblos (no se pueden
dejar de lado las lenguas minoritarias, que también son cultura),...
Nos dejaron dos
grandes. Ojalá de aquí en adelante vengan muchos más como ellos.