(versión habla de El Rebollar)
21 de febrero
Desde hace unos
años, gracias a la ONU (Organización de las Naciones Unidas), cada uno de os
días del año está dedicado a alguna cosa de modo reivindicativo para llamar la
atención sobre algún problema del mundo. Todos los días son muy importantes,
aunque unos salen más en los medios de comunicación, otros menos y otros nada
(o prácticamente nada).
Dentro de estos
últimos días, los que no se quiere que se sepa que existen (porque a los que
mandan no les interesa) nos encontramos con el “Día de la Lengua Materna” que,
desde el año 2000, se celebra en todo el mundo para defender a todas las
lenguas y la riqueza y el colorido que le dan al mundo, una defensa que choca
contra los que quieren hacernos más pobres, dejando únicamente un puñado de
lenguas, e imponer éstas sobre todas las demás. Que no se asuste nadie. Eso
lleva muchos años pasando y todavía hoy día pasa en nuestro país, donde hay una
lengua que parece sagrada y está mimada por el Estado, mientras que las demás
son arrinconadas y despreciadas.
En nuestra
comarca de Ciudad Rodrigo se hablan tres lenguas. Además de la lengua del
Estado tenemos el portugués (en La Alamedilla y, quizá, en La Bouza) y el
leonés (todavía con fuerza en El Rebollar, aunque con restos en muchos otros
lugares). Una riqueza y una herencia cultural que nuestra gente y, en especial,
nuestros representantes, tienen el deber y la obligación de respetar y
mantener, como bien dice la Constitución en su artículo 3.3.: “La riqueza de las distintas modalidades
lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial
respeto y protección”. Respeto y protección que apenas se ve, pues en pocos
sitios se nota ese respeto y esa protección. Por eso, hay que destacar que un
pueblo como Robleda tenga los nombres de sus calles puestos en la “palra d’El Rebollal”, la variedad
rebollana de la lengua leonesa.
Igual que en
nuestra comarca, en nuestro Reino de León se hablan varias lenguas, aunque
alguna gente quiera hacernos creer que sólo hay una. Además de la lengua
oficial, y además del portugués de La Alamedilla, y del habla leonesa de El
Rebollar, tenemos también el leonés en Las Arribes y buena parte e las provincias
de Zamora y León. Y, por si fuera poco, el gallego que se habla en las comarcas
de Sanabria (Zamora) y la parte de El Bierzo (León) que está pegando a Galicia.
O sea, que además de la lengua oficial tenemos el portugués, el leonés y el
gallego. Cuatro lenguas de las que sólo una es oficial y una está puesta por
encima de las demás. ¿Os imagináis una casa donde un matrimonio tenga cuatro
hijos y todos los mimos se los lleva uno y todos los palos los otros tres? Pues
eso pasa con las lenguas en nuestro Reino de León.
El 26 de mayo
del año 2010 tuve la suerte de que una de mis poesías, “Jálama” (escrita en el
habla de El Rebollar) fuese leída para comenzar la defensa de la lengua leonesa
que hizo José Ignacio Martín Benito en las Cortes autonómicas. Una defensa que
acabó con la aprobación (por unanimidad) de un escrito en defensa del leonés.
¿Qué se ha hecho desde entonces? ¿Se enseña a os niños en la escuela su lengua?
No. ¿Algún pueblo, además de Robleda, tiene los nombres de sus calles en su
lengua? No. ¿Se ha presupuestado dinero para la defensa de las lenguas
minoritarias? No, sólo para la única que no necesita que la defiendan. Hoy día
sólo algunas personas, alguna asociación cultural y algún grupo folklórico (no
olvidemos en ésto al grupo “El Fandangu”, de Robleda) se dedican a defender
nuestra verdadera herencia cultural. De los demás no hay noticias. Por eso son
tan importantes rincones de la red como este periódico donde podemos usar
nuestra lengua sin que nos censuren los escritos o nos los cambien de lengua
(como me ha pasado alguna vez).
Las lenguas
minoritarias también son cultura. Una cultura tan importante que la ONU dedica
uno de sus días a la defensa de estas lenguas. Una cultura que es importante
porque la hemos heredado e nuestros padres y abuelos. Una cultura que es
importante porque nos hace únicos. Una cultura que es una riqueza para nuestra
tierra. Una cultura tan importante que debería enseñarse a los niños en las
escuelas, del mismo modo que se les enseñan otras lenguas que nada o menos
tienen que ver con nuestra tierra. Si de verdad queremos a nuestra tierra,
querremos que sea rica también en cultura Y dentro de esa riqueza de nuestra
cultura también entran nuestras lenguas minoritarias.
Por estas lenguas, por todos los que
las hablamos hoy día, por todos los que las hablaron antiguamente, por todos
los que las hablen de aquí en adelante, feliz 21 de febrero. Feliz “Día de la
Lengua Materna”.