VOX
El PP está sufriendo una batería de conflictos de grueso
alcance desde hace un año, no solo los casos de corrupción, la respuesta
ciudadana a sus últimas decisiones de gobierno, los incumplimientos del
programa electoral, darle la espalda a la angustiosa situación de millones de
españoles, esclavizarse a las decisiones de Bruselas, la pasividad ante la
derogación de la ley Parot, su actitud pasota ante el desafío catalán, la clara
fractura dentro de sus propias filas ante el proyecto de ley del aborto, sino
también el abandono de sus fieles durante décadas con el nacimiento de ese
partido que puede llevarse tres millones de votos cabreados: VOX
Ha llegado a un punto tal la desafección de la ciudadanía
que nadie duda en achacarles su mano negra a cualquier asunto que suceda en el
ámbito nacional. La marcha de Pedro J. de El Mundo levanta sospechas de
presiones venidas de la cúpula de los peperos. Nada se les perdona ya. Es una
caza en toda regla contra el Gobierno más déspota de la historia de nuestra democracia
y contra un partido lleno de desprestigiados y corruptos dirigentes.
Hasta ahora, los partidos que pretendían ocupar espacio de
centro progresaban pero no lo suficiente para preocupar a Génova y Moncloa. Aun
se desconfía de Rosa Diez y Ciudadanos tiene demasiada vinculación territorial
para convencer al resto de la geografía española. Pero VOX es más peligroso,
puede no sólo hacer perder votos, puede fracturar la derecha a modo de otras
derechas europeas y acabar con el cómodo bipartidismo.
Unos piensan que eso desplaza al PP original al centro y eso
puede dañar al PSOE que cuenta entre sus votos a muchos moderados de centro
izquierda en estos momentos desilusionados con la escasa fuerza carismática del
partido.
Así que todos se han unido involuntariamente contra VOX.
Tanto los medios de comunicación de la derecha como de la izquierda, incluidos
los medio-pensionistas están haciendo una campaña feroz contra lo que llaman
“la derecha más recalcitrante” y tirando de archivo para contarnos los
antecedentes “dudosos” de sus miembros fundadores.
No tengo ni idea de si esto es así o no. Si se analizan los
antecedentes de la mayoría de los políticos de nuestro país, sus
comportamientos en momento puntuales o
su firmeza ideológica tendríamos que
dejar a nuestra clase política en media docena.
Personalmente me importa bastante poco si VOX progresa o
desaparece. Lo único que me interesa es que tiemblen un poco los desalmados.
Que vean peligrar su poltrona. Creo que este país necesita una regeneración
total y absoluta de política y
políticos. Mientras el poder signifique dinero y se puedan comprar
voluntades…no hacemos nada.
Ana de Rojas