Opino, que no sentencio

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¿A tí que te han traído?


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Ayer, 6 de enero, se celebró el día de la Epifanía del Señor. Epifanía significa "manifestación". Entendemos así que es el momento en que Jesús se dio a conocer. Aunque la Iglesia celebra más momentos como Epifanías (a San Juan Bautista en el Jordán, a los discípulos…), la más celebrada, es el momento en que Jesús fue presentado ante los Reyes Magos.

En Occidente se conmemora con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano y la adoración del Niño por parte de los tres Reyes Magos como símbolo del reconocimiento de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

En consonancia con la tradición de la Iglesia del siglo I, los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar)son reconocidos como hombres influyentes y de muchos conocimientos que deseaban buscar a Dios. Según la Biblia, conocemos que estos hombres son magos, que vinieron de Oriente y que cada uno llevó un regalo como ofrenda al recién nacido: oro, incienso y mirra.

El oro representa la realeza. Jesús es el Rey, pero no un rey terrenal, es un Rey celestial. “Su reino no es de este mundo” (cf Jn 18,36). Sus acciones como tal van dirigidas al servicio a los demás, especialmente a los más necesitados y a los que más sufren.

El incienso hace referencia a la divinidad de Jesús, que es el Hijo de Dios hecho hombre.

La mirra es un símbolo de humanidad. En aquellos tiempos, se usaba para embalsamar cadáveres, y como dijo San Agustín, “Jesús había de morir por la salvación de todos”.

El acto generoso de estos magos, junto con las palabras de Jesús, "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40), ha derivado en la tradición de hacer regalos a los niños el día 6 de enero. La ilusión e ingenuidad inundan hoy en día las calles de nuestras ciudades esperando la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos la noche del 5, que con la condición de haber sido buenos durante el año, nos obsequian con regalos y detalles.

Así y como cada año, mañana a la hora del recreo, la pregunta más repetida volverá a ser: ¿y a ti que te han traído?