Opino, que no sentencio

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El colectivo de presos de ETA, que representa a los más de 500 asesinos que cumplen condena en nuestras cárceles, ha emitido un comunicado dirigido al “Diario Berria” este pasado sábado.

Cual regalo de Navidad, este colectivo ofrece su arrepentimiento y asume su responsabilidad en lo que ellos llaman el “conflicto vasco”. Viendo tal titular, no es que parezca un regalo como nos quieren hacer pensar, pues el arrepentimiento debería constituir una obligación necesaria, aunque no suficiente, para salir de la cárcel, y nunca una opción. Además sólo hay que analizar la introducción del comunicado para darse cuenta del chantaje que pretenden.

La represión carcelaria es siempre extrema”… “sufrimos a diario el acoso del sistema carcelario construido para aniquilarnos tanto a nosotros como a nuestros familiares y amigos”. Cuando un asesino realiza tales afirmaciones y quiere hacer creer que él es la víctima, no puede existir un verdadero arrepentimiento.  El panfleto continúa… “En toda esta maquinaria, la tortura constituye un elemento esencial”. La única realidad es que la verdadera tortura es la sufrida a diario por cada familiar y amigo de las casi 900 personas asesinadas por la banda terrorista en nuestro país.

Los presos de ETA quieren dejar muy claro que el sufrimiento y el daño causado es multilateral, es decir, por ambas partes, y esto, sinceramente, es un insulto al Estado de derecho, a nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad y a toda la sociedad española.

Su perdón, como no podía ser de otra manera, tiene ciertas condiciones que detallan en el comunicado, tales como derogar toda situación y medida de excepción, adaptar el entramado jurídico a la situación política, cambiar radicalmente la política penitenciaria priorizando el fin de la dispersión, reconocer sus derechos, posibilitar su “vuelta a casa” (traslado a las cárceles vascas) e impulsar la solución integral a la actual situación política. Sin embargo, no hace falta decir que la única solución que tiene la banda terrorista es su total disolución y cumplir sus penas sin condiciones.

Teniendo en cuenta el día en el que se emitió el comunicado, 28 de diciembre (día de los Santos Inocentes), a los españoles no nos dejan otra opción que pensar que el colectivo de presos de ETA nos ha tomado por inocentes y se ha permitido el lujo de gastarnos tal inocentada. Pero ésta ha sido una inocentada de muy mal gusto.