Opino, que no sentencio

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Bienvenido Míster Parot


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Como le ocurriera a los vecinos de Villar del Río, toda España daba la Bienvenida a la conocida como Doctrina Parot, jurisprudencia del más alto Tribunal Penal de España (Tribunal Supremo), que supuso una novedad en la interpretación de la Ley por la que se aplicarían de forma diferente los beneficios penitenciarios en casos de multiplicidad de delitos. Era una doctrina nacida de la razón y del sentido común, pero cual Villar del Río también, nunca vimos recompensados los esfuerzos de nuestros tribunales por impartir justicia, pues “Parot” no apareció por aquí nunca.

Esto no ha sido una fatalidad del destino. Esto es fruto de la incompetencia del legislador español que durante más de veinte años se quedó dormido en los laureles. El Partido Popular en la oposición pidió una Reforma del Código Penal en este sentido, a lo que el gobierno de Felipe González hizo oídos sordos. La reforma de dicho código no llega hasta 1995 por lo que, de acuerdo con el principio de no retroactividad en la aplicación de la ley, aquellas penas impuestas anteriormente a esta reforma, no se verían afectadas.

En 1953 entró en vigor el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, por el que las decisiones y sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos son de obligado cumplimiento para los Estados miembros. Tras la interposición de todos los recursos posibles, este Tribunal le da la razón a Inés del Río, abriéndole la puerta carcelaria. Puede resultar paradójico que una institución que tiene por apellido “Derechos Humanos” pueda beneficiar de tal manera a un terrorista, violador, etc… pero el Derecho Continental le da a la letra un papel que en ocasiones le viene grande.

La indignación y los sentimientos no entienden de leyes (gracias a Dios) por lo que a la Sociedad nos resulta muy difícil la reintegración de estos personajes, como uno más de nosotros, conociendo además que sus crímenes en ocasiones han conllevado sanciones penales irrisorias. Las autoridades penitenciarias intentan llevar a cabo una labor de reinserción por las que el reo esté preparado para volver a la Sociedad, pero… ¿Está la Sociedad preparada para su vuelta?. Los honores con los que son recibidos algunos etarras al llegar a sus pueblos son una bofetada demasiado fuerte, no sólo para las víctimas y familiares, si no para todos.

Hoy el Estado de Derecho está llorando…