Opino, que no sentencio

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No hablemos de inconstitucionalidad, hablemos de vergüenza


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La localidad de Pastores proclama la República. La Alcaldesa de este municipio de la comarca de Ciudad Rodrigo izó en la mañana del domingo la bandera tricolor.

El único motivo que se me pasa por la cabeza para tal despropósito es el de llamar la atención.  Esta mujer está pidiendo a gritos un puesto en la organización nacional de RPS (movimiento “Republicanos”) y que sea expulsada de ipso facto de las filas socialistas, lo que la convertiría en la rebelde y mártir (a partes iguales) de la causa en el Suroeste salmantino, entrando así por la puerta grande en el supuesto advenimiento de la tercera República Española, y directa a ocupar un cargo de privilegio para representar a los melancólicos republicanos españoles.

El coordinador provincial de IU se debe de estar frotando las manos, tiene a su alcance un estandarte que le puede hacer ganar muchos adeptos, renegados del sistema. La reunión con la señora Alcaldesa no puede demorarse demasiado, sabiendo que, además, el Secretario General Local del PSOE, Juan Luis Cepa, ha manifestado que Pilar Salazar no les representa.

La señora Salazar justifica su acción en la necesidad de que se produzca un cambio de régimen, debido al abuso de poder llevado a cabo por las Administraciones Públicas. Pues ella, como representante de la Administración Local, empieza bien… El consenso para la realización de este acto en el Ayuntamiento de Pastores fue refrendado mediante la información telefónica a su, hasta hoy, todavía compañero socialista en el consistorio y mediante un mensaje de texto al edil del Partido Popular, que según la propia Alcaldesa, no sabe si habrá leído… ¿Abuso de poder?, no, aquí no vive, pregunte en la casa de enfrente…

El motivo de esta acción era ofrecer el apoyo a la Junta Estatal Republicana que, reunida el domingo en Madrid, abogó por un cambio de Sistema en favor de una República de carácter “federal, laica, participativa y solidaria”. Lo más sorprendente es que una Alcaldesa elegida de forma democrática, dentro del marco constitucional vigente, muestre su falta de responsabilidad política comportándose de este modo revolucionario y subversivo para impulsar un “proceso constituyente republicano” tal y como menciona el manifiesto que acordaron este fin de semana.  Pero, al parecer éstos deben ser los medios “legítimos” para lograr unos “valores más democráticos que sólo la República puede ofrecernos”.

Quizá con estas líneas esté contribuyendo al principal objetivo de la señora Pilar Salazar, que no es otro que lo ironizado por Salvador Dalí, “que hablen de mí, aunque sea para bien”. Ayer fue el día en el que la señora Alcaldesa de Pastores se cubrió de gloria. Si para ella, hacer caso omiso al artículo 4.1 de la Constitución Española, no es anticonstitucional*, no hablemos de anticonstitucionalidad, hablemos de vergüenza.

 * Anticonstitucionalidad e inconstitucionalidad son acepciones tan antiguas como el mismo derecho constitucional. La primera quiere indicar una resolución (ley, decreto o decisión de autoridad) que va en contra de la letra, el espíritu y el sentido de la Constitución. La segunda, que no hay conformidad o apego de tal resolución a lo estipulado en la propia Carta Magna.