¿Qué comemos?

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opinionanaderojas

No será la primera vez que alerto sobre el abuso de la marca blanca. Pero esta vez no se trata de si constituye una competencia desleal hacia las marcas reconocidas y que consumíamos habitualmente y con confianza en su esfuerzo de calidad. No se trata tampoco de la evidencia del serio perjuicio que supone esa competencia a bajo precio para empresas de la industria alimentaria que invierten en investigación, innovación y publicidad (este es el capítulo en el que las marcas pierden ante las blancas) porque ellas, en principio, tienen la publicidad hecha con el aval de la marca de su cadena de distribución.

Se trata de algo más serio, de la procedencia de los productos que sirven para la elaboración de dichas marcas blancas o de otras de nombres desconocidos.

¿Se ha preguntado usted que hay detrás de estos términos?

Proteínas  ¿de qué?

Hidratos de carbono ¿de dónde?

Grasas ¿de cuales?

Fibras alimentarias ¿de qué?

¿Y si usted por economizar compra un aceite de oliva virgen de nombre poco reconocible cuyo origen es un aceite lampante venido de países de dudosa técnica de elaboración?

¿Y si usted compra, por la misma razón, una crema de cara de marca blanca y se entera que se esta embadurnando la cara con extracto de cucaracha? Aunque se haya descubierto que tiene unas propiedades magníficas y una enorme concentración de proteínas…yo prefiero saberlo para no comprarlo

A usted le pueden contar en la etiqueta que garbanzos “castellanos” para que le aproximen a un garbanzo de Denominación de Origen español, pero le están hablando del envasado no del lugar de producción. O de chufa de Valencia y que sea marroquí, por poner un ejemplo.

Las etiquetas deberían ser más explícitas, concretas y veraces. Sólo así la marca blanca competiría en igualdad de condiciones con las otras. Aunque sí es verdad que este es un pecado de omisión generalizado tanto en blancas como en reconocidas.

No quiero que me alimenten con extractos de cosas raras y de procedencias no identificadas o lo que es peor, acabe como las vacas locas por comer huesos de cordero y de su propia especie molidos en los piensos.