Así es como se conoce a una caseta que se encuentra en la zona geográfica de Valverde del Fresno, muy cerca de la
frontera con Foios y Navasfrías. Hoy, esta caseta con los techos caídos y paredes
degradadas. Esta choza funcionó como un puesto de vigía. Siempre hubo tres
carabineros con el fin de supervisar y controlar los contrabandistas.
En este puesto siempre había
un joven o chico de los recados, apodado 2La Mula”, encargado de llevarlos
productos alimenticios, así como la ropa de las camas y el contrabando que
requisaban a aquellas y aquellos que trabajaron como hormigas para matar el
hambre para muchos niños, que tenían la mayoría de las parejas, especialmente de
los más pobres.
En los años 1940 y 1950 se
vivía muy mal en la zona fronteriza. Peor del lado Portugués, ya que el tiempo
era bastante salvaje. En las laderas de Valverde, Eljas y San Martin de Trevejo
existe un clima Mediterráneo donde todos los productos agropecuarios se
desarrollan fácilmente. El lado Portugués, más frío, todo es complicado. A
veces incluso con los pacientes había que ir a Valverde o Navasfrias. Siempre
temiendo a los carabineros porque no era fácil convencerlos de que alguien
estaba enfermo.
Pero lo que pretendo decir de
la caseta de los carabineros, casi todos los días, fueron acompañados por un
perro que era temido como el uniforme o las balas. Todavía se aprecia el
refugio de dicho animal.
Confieso que no me gusta la
caseta aunque no pasara nada inusual para mí. Pero las muchas historias tristes
que casi todas las noches se oía, me dejaron triste y espeluznante. Visité a la
caseta, por primera vez, con mi esposa hace un año. Esta visita ala caseta
significaba nostalgia y rebelión. Nostalgia porque me imaginaba a nuestros
seres queridos a bajar estas montañas escarpadas que incluso descargaban son
difíciles de transportar. Rebelión porque recuerda a Campossano y otros tiradores
que eran personajes notorios como algunos tiranos que nos cuenta la historia.
Pero como ya he mencionado, la caseta está situada en un paisaje
impresionante, allá por los lados de la fuente del río Côa y la mesa de los
cuatro obispos. Desde entonces, en la actualidad, mantenemos una excelente
relación con los alcaldes y los vecinos porque creemos en proyectos turísticos
conjuntos y propondré que puedan ser transformadas en un refugio para las
muchas personas que promueven el senderismo por estos lares.