El Real Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo recoge en el día de hoy uno de los innumerables frutos que a lo largo de sus 112 años de historia (en febrero, 113) ha sabido cosechar a base de tesón, altruismo y altura de miras de sus directivos, que, siempre, al igual que sus bomberos, se han preocupado por el bienestar de las gentes de la zona. Y cuando decimos zona, nos referimos a toda la comarca de Ciudad Rodrigo y, en su defecto, a todos los pueblos en los que se requiera la presencia de un Parque que en la última década, tras superar las discrepancias con Diptuación hace ya algunos años, ha encontrado un fiel aliado en la institución provincial, que le ha dotado de todo lo necesario para ser un cuerpo todavía más real, más presente, más eficaz y de mayor calidad, que redunde en un servicio más certero.
Hoy reciben la Medalla de Oro de la Protección Ciudadana, tras la solicitud realizada por el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.
Hoy, la sociedad de Ciudad Rodrigo debería de mirarles bajo la certeza de que, si se les llama, ellos acuden.
Hagamos, por tanto, que la llamada sea recíproca porque, qué quieren que les digamos, este Real Cuerpo, con una veintena de efectivos (diez de ellos asalariados),tiene en toda la comarca un número inferior a trescientos socios, con cuotas anuales de 15 euros. No debería de haber ni un Ayuntamiento, ni una mancomunidad,etc... que no fuera socio de este cuerpo, que en 112 años (y los que le queden) es el ejemplo de un colectivo donde lo esencial es tener todo listo por si alguien corre peligro.
