Mal año para los apicultores salmantinos, por la mala cosecha y por la fuerte competencia de la miel china
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martes, 5 de noviembre de 2013, 10:16
El sindicato agrario ASAJA ha exigido medidas que controlen la miel que España importa a China, "ante la inundación de mieles baratas de importación" que llegan al país y que suponen "graves consecuencias" para la apicultura española.
ASAJA denuncia en un comunicado que España, a pesar de producir anualmente 32 millones de kilos de miel, importa 21 millones de kilos, de lo que 14 millones, un 67%, procede de China.
El resto de la miel importada procede de otros países como Bélgica, Holanda o Polonia que, a su vez, también son importadores de China.
De los 14 millones de kilos de miel que llegan a España, casi la mitad, 6,7 millones, son para Castilla y León (de éstos, 5 millones tienen como destino Salamanca), según datos de 2012 ofrecidos por la Dirección General de Aduanas.
Los apicultores salmantinos, que acaparan este sector en Castilla y León y uno de las zonas españolas de mayor producción de miel, están en una situación de indefensión, según ha denunciado ASAJA.
Según el sindicato agraria, hay una práctica por la que se mezclan las miles baratas de importación con miles nacionales, "para poder ser etiquetadas al consumo como "mezcla de mieles CE y no CE".
Esto "dificulta para el consumidor conocer el origen de la miel y provoca que el precio esté a la baja", hecho calificado de "muy grave".
Desde ASAJA anuncian que han pedido reiteradamente a las autoridades competentes, tales como la Consejería de Agricultura, la Consejería de Sanidad y la Dirección General de la Salud Pública, controles a la supuesta miel de importación, "ya que, de lo contrario, la apicultura española, y en concreto la apicultura de Castilla y León, está destinada a sufrir graves consecuencias".
A los problemas de la miel de importación, el comunicado añade que la campaña de miel que ha concluido estos días en España con una recolección muy inferior a la del año 2012, debido a la climatología.
En una primera estimación, los apicultores españoles ha recogido la mitad de miel que el año pasado, debido a las abundantes lluvias primaverales, que impidieron el aprovechamiento de las floraciones de primavera.
