La Sierra de Francia apuesta por la variedad de uva Rufete tinta y blanca

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Algunos de los caldos de la Sierra de Francia
SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR
La apuesta por la uva Rufete, una variedad autóctona de los pueblos salmantinos de la Sierra de Francia, se ha convertido en la referencia de las bodegas de la zona, donde ya se han instalado enólogos de toda España para para elaborar vinos con esta clase, que destaca por su piel fina.
Así lo han expuesto en la jornada de hoy los viticultores y bodegueros de esta zona durante la I Fiesta de la Vendimia que se celebra de esta mañana en la sede de la Reserva de la Biosfera de Salamanca, ubicada en San Martín del Castañar.
"Desde hace dos años ya hay enólogos de La Rioja, toro o Rueda, que elaboran vinos con producciones de 5.000 kilos de uva Rufete", según ha avanzado hoy a www.enciudadrodrigo.com el director técnico de la Denominación de Origen Sierra de Francia, Miquel Udina.
Esta denominación se compone de un total de dieciséis marcas de vinos que elaboran ocho bodegas.
En el día de hoy, los asistentes a la cata de la fiesta de la vendimia han podido saborear caldos como el denominado "Cabrás Pintás", del pueblo de Mogarraz, o el Gran Tiriñuelo, de San Esteban de la Sierra.

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Crisantos López, viticultor de San Martín del Castañar
Hasta la fecha, los viticultores de esta pequeña denominación, que se caracteriza por tener sus vides centenarias en los bancales de la sierra, ya han recogido 160.000 kilos de uva.
Entre los objetivos de la Denominación de Origen Sierra de Francia está el de impulsar aún más los vinos elaborados con Rufete, tanto en su variedad tinta como en la blanca.
"Hemos comprobado que, además de la Rufete tinta, también está la Rufte blanca, única de esta zona del sur de Salamanca", según Udina, motivo por el que han iniciado un proceso de análisis y caracterización de esta uva para que también esté certificada por la DO Sierra de Salamanca.
Uno de los inconvenientes de los viñedos de esta zona es el enorme abandono que sufre el medio rural y, por tanto, también de los viñedos, aunque "la tendencia se ha invertido en los últimos años y apenas hay abandono", según Mique Udina.
La viticultura es una actividad centenaria en estos pueblos de la Sierra de Francia.
De hecho, hace un año se puso en marcha la ruta turística de Los Lagares Rupestres, donde se han descubierto lagares de piedra prerromano que usaban los poblados trashumantes para pisar la uva y elaborar el vino.