La vida salvaje en la comarca de Ciudad Rodrigo

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El próximo día que acudamos  a la Estación Rupestre de Siega Verde habrá que fijarse muy mucho en los grabados sobre las pizarras, para ver si hay algún caballo prehistórico de la raza Tarpán, un tipo de caballo extinto que ahora se pretende "recuperar" en la zona burgalesa de Atapuerca, donde están los restos humanos más antiguos. 
Quieren introducir animales salvajes como el bisonte o estos caballos tarpanes muy antiguos genéticamente, para que los visitantes de Atapuerca se hagan una idea de los animales que pintaban los homínidos prehistóricos.
Hete aquí que en la comarca de Ciudad Rodrigo ya tenemos todo estos: Por un lado los grabados de Siega Verde y por otro la vida salvaje de Campanarios de Azaba, donde pastan los herbívoros más antiguos de la península, tales como los caballos retuertas, los equinos denominados garranos o las vacas sayaguesas, que dicen estar muy próximas en lo genético al extinto uro. 
Las mimbres están y sólo esperan que la Estación de Siega Verde y la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba puedan unir sinergias turísticas, prehistóricas y naturales. 
Toda una fusión en estos pueblos del oeste de Salamanca, donde los horizontes son cada vez más estrechos, necesitados de manos y mentes que unan los recursos que se han sabido mantener en el tiempo, tan necesarios para abordar un futuro en el que puedan asomarse los jóvenes de Miróbriga, antes de que se tengan que marchar a las diócesis alemanas en busca de empleo, que, dicho de paso, tampoco es mala solución cuando no hay más remedio.